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Haciendo la paz con la comida - Noe Previtera Blog

Haciendo la paz con la comida

¿Hace cuánto no sentís paz con la comida y tu cuerpo? La palabra PAZ deriva del latin pax. Definida como un estado de calma, ausencia de perturbaciones y agitación. Ausencia de guerra.

El campo de batalla con la comida está en la mente. Todo lo creamos ahí. En nuestra mente podemos determinar si una porción de torta es bien recibida para que se integre en un balance químico con nuestro cuerpo, o despertamos una explosión de cortisol por la culpa al comerla. 

Aquí en Brasil conocí a esta nutricionista que enseña sobre el Comer Intuitivo. Sophie Deram escribe: 

‘Los alimentos conversan con nuestros genes. Es por eso que una alimentación saludable debe ser equilibrada en todo sentido: no sólo en nutrientes, sino comida con placer y con la actitud adecuada, es decir, sin culpa. Ese comportamiento es tan importante como los nutrientes.’ 

O peso das Dietas, 2014

Haciendo la paz con la comida - Noe Previtera Blog
Haciendo la paz con la comida

Imagen Corporal

La imagen corporal, en su construcción, no es visual. Es totalmente experimental. La manera que nos sentimos con mayor frecuencia habitando nuestros cuerpos va a determinar lo que vemos en el espejo. Pero estamos muy convencidas que es al revés, que si cambiamos lo que nos refleja el espejo, cambiaremos lo que sentimos. Y por eso que hemos intentando, más de una vez, sanar ese sentir en la balanza. 

Nos encontramos en una severa desventaja cuando nuestra auto-percepción y nuestra imagen corporal están profundamente determinadas por cómo creemos que nos vemos. Procedo a explicarte. Una niña que se zambulle en el agua de una piscina, chapotea, se ríe al son de las millones de sensaciones, estímulos y expresiones que capta de la escena, está construyendo una imagen corporal de disfrute y presencia en el cuerpo. Por el contrario, otra niña que se zambulle en la misma pileta, con la misma temperatura de agua, recibiendo la misma cantidad de información del ambiente, pero con la tensión interna de que su cuerpo es demasiado gordo para estar en traje de baño, es un niña que está construyendo una imagen corporal de disgusto en su cuerpo. No importa si la niña es realmente gorda o no. Lo que quedará grabado en la huella mental es cómo se sintió la experiencia. Y la repetición de ese mismo sentir, una y otra vez. Esa niña que se sintió inadecuada en el contexto de la piscina, que sigue practicando sentirse inadecuada con su cuerpo en otros contextos, aún cuando su cuerpo eventualmente cambie estéticamente, ¿sabés lo que esa niña percibirá de su cuerpo? (unos segundos para darte el espacio a que respondas la pregunta). Exacto. Percibirá que todavía hay algo inadecuado. 

El cuerpo puede cambiar, podés llegar a esos kilos en la balanza, podés hacerte miles de cirugías. Nada de eso va a llenar la experiencia interna de haberse aprendido inadecuada. Porque esa experiencia no se sana cambiando lo externo, se sana practicando diferente internamente.

El origen de “sentirse mal” con el cuerpo

Esta es la raíz de la imagen corporal negativa (o insatisfactoria). No solo sentimos que nuestro cuerpo es horrible, sino que todas las experiencias vividas en el cuerpo se sienten horribles porque lo único que nos importa del cuerpo es cómo se ve. Y para agregarle un insulto a la herida, puede que sintamos que nada de lo que somos como personas tiene sentido porque hemos aprendido (nos han enseñado) que solo nuestros cuerpos definen nuestro valor.

Cuando te di el ejemplo de la niña en traje de baño, ¿recordaste tu historia personal?. ¿Qué tipo de niña practicando su imagen corporal fuiste? ¿Seguís hoy, como adulta, practicando la imagen corporal de esa niña? No sé cuál es tu caso en particular. No sé si alguna vez disfrutaste ilimitadamente de tu cuerpo hasta que tuviste la noción de que algo estaba errado con tu apariencia. Capaz que nunca experimentaste lo que es sentirse bien en el cuerpo. La asombrosa noticia es que ya sabés el secreto del truco de magia: lo que sientas hoy en tu cuerpo es lo que se graba en tu huella mental de imagen corporal. Lo que te permitas sentir mañana, pasado mañana y decidas seguir practicando sostenidamente. 

La tesis de las hermanas Kite concluye que podemos desarrollar resiliencia con la imagen corporal. ¿Cómo se practica? Cada vez que te sientas como una niña en traje de baño, a punto de esconderse de la vida por causa de la apariencia de su cuerpo, tirate a la pileta. Saltá y zambullite. Permití, aunque sea por unos segundos, que la experiencia te erice la piel. Y recordarle a tu mente, que hoy, por lo menos hoy, pudiste sentirte bien en tu cuerpo.

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